mis poemas
Conservar lo sagrado
El viento lee mi libro
mientras, yo, sopeso el color del cielo.
Encuentro en la arena una fuente inacabable,
los deseos apilándose como cartas
volando en cuanto me adentro al mar.
Las risas me balancean sobre el agua
y antes de anochecer, las veo migrar
como lo hacen los barcos,
instintivamente.
A través de las corrientes,
porque es así su deseo,
las carcajadas viajando
cuajando
reinventando.
¿No hay en la naturaleza
un constante intento
de conservar lo sagrado?
En las costas, ya lejos,
una niña descubre a sus manos
anhelando un castillo.
Hay en la brisa una risa
que si me acerco
recuerdo.
Un tiempo que valga
No es la primavera que me gusta
Más bien las pequeñas hojas
anunciándose desde las copas
de los árboles
los primeros píos
las sonrisas incipientes iguales
a las de aquellos que aguardan el nacimiento
de un hijo
No es la primavera lo que me gusta
más bien el reconocimiento de que este es
un tiempo
en el que vale la pena vivir